La pitahaya: producto promesa del agro
También conocida como «fruta del dragón», está emergiendo como una estrella en el panorama agrícola peruano, prometiendo no solo ser una delicia para el paladar, sino también para los bolsillos
Originaria de América Central y México, la pitajaya ha encontrado un hábitat ideal en las regiones áridas y semiáridas del Perú, donde su cultivo tuvo un crecimiento exponencial en los últimos años. Esta fruta, que se caracteriza por su forma exótica y piel escamosa de colores vibrantes, empieza a ser sembrada también en nuestra región.
Ya se encuentra en Majes (El Pedregal) distrito de Caylloma. Dentro de las variedades más cultivadas están la American Beauty, Physical Graffiti, Orange Chinese, Hylocereus undatus y Hylocereus costaricensis.
Según Gustavo Espinoza Villegas, agricultor de Majes, aún son pocos los colonos que se animan a sembrar esta exótica planta. Pero ¿cuáles son los beneficios de cultivar esta fruta?
Espinoza dice: “Se usa menos agua, uso media hora interdiario, son hora y media a la semana para 4 topos, no se necesita mucho abono, lo más costoso seria la mano de obra para ejecutar las labores como podar o instalar el sistema ergonómico, sistema que a la vez facilita la cosecha, poda y fumigación, pues no es necesario que los trabajadores se agachen para cortar el fruto de la mata”.
En este sentido, el Gobierno peruano y diversas instituciones están trabajando en iniciativas para promover y apoyar el cultivo de pitahaya, brindando capacitación técnica, acceso a financiamiento y facilitando la inserción en mercados internacionales.
En palabras del Ministro de Agricultura, Pedro Sánchez: «La pitahaya representa una oportunidad única para diversificar nuestra oferta agrícola y fortalecer la competitividad del sector. Estamos comprometidos en impulsar su producción y exportación, asegurando así un desarrollo sostenible y equitativo para nuestros agricultores».
Con un futuro prometedor y un sabor que conquista corazones en todo el mundo, la pitahaya se posiciona como el producto estrella del agro peruano, llevando consigo el color, la frescura y el exotismo de la tierra peruana a los rincones más lejanos del planeta.