Rusia y países occidentales intercambiaron a 26 prisioneros
Los presos fueron trasladados a Ankara desde Rusia, Estados Unidos, Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega y Bielorrusia.
Rusia y países occidentales intercambiaron con la colaboración de Turquía a 26 prisioneros, incluido el periodista estadounidense Evan Gershkovich, en el que fue el mayor canje de prisioneros desde la Guerra Fría.
Entre los presos se encuentran dos menores, junto el resto fueron trasladados a Ankara desde Rusia, Estados Unidos, Alemania, Polonia, Eslovenia, Noruega y Bielorrusia, en virtud de un acuerdo que, según los servicios de inteligencia turcos, llevó semanas alcanzar.
Diez rusos, incluidos dos menores, fueron intercambiados por 16 occidentales y rusos detenidos en Rusia, indicó la presidencia turca en un comunicado.
Los servicios de seguridad rusos (FSB) confirmaron que «ocho ciudadanos rusos detenidos en varios países de la OTAN y dos niños menores» regresaron a Rusia en el marco de ese acuerdo.
«Algunas de estas mujeres y hombres han sido detenidos injustamente durante años. Todos han soportado un sufrimiento y una incertidumbre inimaginables. Hoy, su agonía ha terminado», dijo Biden en un comunicado.
Por su parte, el Kremlin expresó su «agradecimiento a los dirigentes de todos los países que ayudaron a preparar el intercambio», sin mencionar a ninguno, e indicó que el presidente ruso, Vladimir Putin, indultó a los prisioneros liberados en el marco del canje.
Un avión ruso Tupolev Tu-204-300 se prepara para aterrizar en el aeropuerto Ankara Esenboga de Ankara el 1 de agosto de 2024, mientras las autoridades turcas anunciaban que prisioneros habían sido intercambiados con Rusia y Occidente.
Un avión ruso Tupolev Tu-204-300 se prepara para aterrizar en el aeropuerto Ankara Esenboga de Ankara el 1 de agosto de 2024, mientras las autoridades turcas anunciaban que prisioneros habían sido intercambiados con Rusia y Occidente. | Fuente: AFP
Entre los liberados que regresarán a Rusia se cuenta Vadim Karsikov, un ciudadano ruso encarcelado en Alemania por el asesinato de un exlíder independentista checheno. El gobierno alemán admitió que aceptar liberarlo no fue una «decisión fácil».
La ONG Amnistía Internacional apuntó que el canje es una señal de que el presidente ruso, Vladimir Putin, «está instrumentalizando claramente la ley para usar a prisioneros políticos como peones».