Cosechando en las alturas
Cosechando en las alturas
En Talta Huarahuarco el docente de la I.E. 40532 junto a los padres de familia han construido tres fitotoldos
La vocación de servicio y el compromiso de enseñanza no tiene límites como lo ha demostrado Ronald Chicata Pinto, quien es profesor unidocente de la institución educativa n.° 40532 ubicada en el centro poblado Talta Huarahuarco, en el distrito de Caylloma, a más de 4480 metros sobre el nivel del mar.
Una de las primeras tareas que hizo junto a los padres de familia fue acondicionar las aulas para que sean más confortables y calientes para los niños.
Luego gracias a las gestiones ante instituciones privadas consiguieron materiales para la construcción de tres techos para los fitotoldos escolares y con la colaboración de los padres de familia se logró acopiar material de la zona como la piedra laja y barro para la construcción.
Los niños han sembrado y cultivado acelgas, rabanitos, zanahoria, beterraga, espinaca, lechuga, cebolla, fresas y aguaymantos. Estos son algunos de los cultivos que siembran, cosechan y ponen sobre la mesa para nutrir los desayunos y almuerzos escolares que son brindados por el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma, del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis).
“Queremos tener hidroponía y así sembrar lechugas, de igual manera pensamos criar aves de corral que sirvan para la alimentación de los niños. Los papás nos apoyan cuando el profesor no está en la zona como en vacaciones ya que ellos se encargan del cuidado de las plantas y ya en marzo que regresamos realizamos la cosecha”, mencionó el docente.
Los fitotoldos también se han convertido en un espacio de aprendizajes significativo, como por ejemplo la enseñanza de las matemáticas, pues se tiene en cuenta conceptos como cantidades de lechuga a cosechar, formas geométricas de las verduras, áreas a sembrar, superficies, distancias entre los surcos, tiempo, etc. Asimismo, se les enseña a ser constantes, responsables y se refuerza el trabajo en conjunto, entre otros.
Los menores esperan con alegría el momento en que se trasladan a los fitotoldos donde ven de cerca como van creciendo las plantas que ellos mismos sembraron con sus pequeñas manos.
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