Apurímac.- En el panorama político peruano, y de manera particularmente visible en regiones como Apurímac, estamos siendo testigos de un fenómeno preocupante: la política de «vientre en alquiler». Este término describe la lamentable situación en la que los principios ideológicos y la vocación de servicio han sido sustituidos por intereses personales y grupales, donde el verdadero compromiso con la ciudadanía queda relegado a un segundo plano, subyugado por la ambición de poder y los beneficios inmediatos.Una señal clara de esta degradación política es el «candidato a todo». Aquellos que, tras dejar un cargo público, no retornan a la vida civil ni a labores productivas, sino que permanecen a la espera de la siguiente oportunidad para ocupar una nueva posición, sin importar las banderas ideológicas que deban adoptar para lograrlo. Esto refleja una política vacía, donde los partidos se transforman en meros vehículos para acceder al poder, convertidos en «partidos cártel» que operan más como empresas que como movimientos sociales con una misión clara.En este contexto, los partidos políticos en Perú, y especialmente en regiones como Apurímac, han dejado de ser estructuras que representan ideologías y principios. En su lugar, se han convertido en plataformas donde individuos y grupos buscan maximizar sus intereses personales. Esto ha dado lugar a un ciclo de migración política, donde los candidatos saltan de un partido a otro, sin lealtad ni coherencia ideológica, simplemente buscando la mejor oferta electoral. Esta práctica erosiona la confianza pública y perpetúa una cultura de inestabilidad política.Nos encontramos en un momento crucial, donde los ciudadanos deben estar más vigilantes que nunca. Debemos aprender de los errores pasados y ser conscientes de las consecuencias de apoyar a políticos sin principios claros, que utilizan los partidos como vientres de alquiler para su ascenso personal. La política debe ser un espacio de servicio y compromiso, NO UN NEGOCIO DONDE EL DINERO Y LOS FAVORES COMPRAN CANDIDATURAS Y DETERMINAN EL DESTINO.En Apurímac y en todo el Perú, es imperativo que los votantes exijan transparencia, coherencia ideológica y un verdadero compromiso con el bienestar de la sociedad. Solo así podremos evitar seguir cayendo en la trampa de los políticos cártel y trabajar hacia un futuro donde la política recupere su verdadero sentido: el servicio a la nación y a su gente.Por: Lenin Abraham Checco Chauca