La Copa América 2024, celebrada en Estados Unidos, ha sido un torneo envuelto en controversias, especialmente debido al mal estado de las canchas. Desde el inicio del campeonato, jugadores y entrenadores han expresado su descontento con las condiciones de la cancha del grass sintetico y del cesped natural, lo que ha afectado tanto el rendimiento en el campo como la seguridad de los futbolistas.
Uno de los problemas más evidentes ha sido la instalación apresurada de césped natural sobre superficies sintéticas en varios estadios de la NFL. Esta transición rápida ha resultado en campos irregulares y peligrosos. Los jugadores han comparado las canchas con «trampolines» y han mencionado que se sienten como si caminaran sobre superficies huecas. Estas condiciones han obligado a los equipos a modificar su estilo de juego, lo que ha incrementado el cansancio y la probabilidad de errores
Varios jugadores y entrenadores han sido vocales en sus críticas. Lionel Messi, estrella de Argentina, y Emiliano Martínez, portero del mismo equipo, han descrito las canchas como «muy malas» y un «desastre» respectivamente. Martínez mencionó que las condiciones del césped o del grass artificial complicaban el desempeño de los jugadores, especialmente en un torneo de alto nivel como la Copa América
El mal estado de las canchas no solo afecta el juego, sino que también aumenta el riesgo de lesiones. Jorge Fossati, entrenador de Perú, destacó la dureza del césped y su impacto potencial en lesiones graves como las del tendón de Aquiles. Este tipo de superficie puede agravar las condiciones físicas de los jugadores, lo que se suma a la preocupación general sobre la preparación inadecuada de los campos
La comparación con torneos como la Eurocopa ha sido inevitable. Lionel Scaloni, entrenador de Argentina, resaltó que la calidad de las canchas en la Copa América estaba muy por debajo de la de la Eurocopa, perpetuando una percepción de inferioridad del torneo sudamericano en términos de infraestructura. Además, la logística de instalar césped natural sobre campos de fútbol americano con superficies sintéticas en Estados Unidos resultó ser un desafío significativo que no se resolvió de manera adecuada (Clarin.com).
El mal estado de las canchas en la Copa América 2024 ha tenido un impacto profundo en el rendimiento de los equipos y la seguridad de los jugadores. Las críticas generalizadas de jugadores y entrenadores resaltan la necesidad urgente de mejorar las condiciones de juego para futuros eventos deportivos en Estados Unidos. La Copa América ha demostrado que las deficiencias en estos aspectos pueden tener un impacto negativo significativo en la percepción del evento y en la seguridad de los jugadores