Hasta hace poco el turismo no se había visto afectado por la situación política, sin embargo, se disminuye lentamente la entrada de turistas. Un caso palpable de esto es que una región tan importante como Arequipa disminuye cada vez más su flujo de turistas internacionales.
Cuando se evalúa este caso en específico, lo más resaltante es que van 100 días de protestas en Arequipa por Tía María. Esto a los turistas no es algo que les agrade mucho lógicamente, por lo que acaban buscado otros destinos
Otro ejemplo de esto es el aumento en la inseguridad en Lima, titulares internacionales ya están publicando como ha aumentado el índice delictivo en el país. Mientras no se desarrollen soluciones a esta problemática, esta situación ira en aumento.
Un valor que le resulta indiferente al turismo es la parcialización política, es decir, si se está en contra o a favor de lo que sucede. Pero lo que envuelve al panorama político como protestas e índice delictivo.
Negocios y agencias turísticas han declarado: “en las últimas décadas hemos vivido de todo, pero el viajero extranjero se desanima si percibe que un destino puede ser problemático. Basta que lea unos cuantos titulares y el daño está hecho”.