Por Ricardo Guerra, Instituto Peruano de Economía
Aunque la industria nacional de confecciones ha mostrado un bajo desempeño en los últimos años, las importaciones no se han incrementado. Por el contrario, en el primer semestre del 2021, su valor estuvo 17 % por debajo de su nivel prepandemia.
Las salvaguardias son un mecanismo de protección que un país puede imponer cuando la importación de determinados productos afecta gravemente a una industria en particular.
Para la Organización Mundial de Comercio (OMC), deben cumplirse tres condiciones mínimas para que esta herramienta pueda aplicarse.
En detalle, son que las importaciones registren un incremento significativo y en condiciones imprevistas, que una industria nacional haya sufrido o amenace sufrir un daño grave y que exista una relación de causalidad entre el aumento de las importaciones y el daño a la industria nacional.
Recientemente, en el país se dispuso no aplicar salvaguardias sobre la importación de 284 subpartidas de confecciones, pues no se encontró evidencia de que se cumplan estos requerimientos. El período de análisis estuvo comprendido entre enero del 2016 y junio del 2021.
Y aunque la industria nacional de confecciones ha mostrado un bajo desempeño en los últimos años, las importaciones no se han incrementado. Por el contrario, en el primer semestre del 2021, su valor estuvo 17 % por debajo de su nivel prepandemia.
En términos de volumen, sí habría un aumento de las importaciones, explicado principalmente por el mayor ingreso de medias, pero ello no explicaría el bajo desempeño de la industria, cuya principal producción son los polos.
En realidad, la pandemia habría sido la principal causa de la caída de la producción nacional de prendas.
En el 2020, por ejemplo, el gasto de los hogares en vestido y calzados se redujo en 39 %, lo que la convirtió en la segunda categoría de gasto más afectada por la crisis sanitaria. Dicho porcentaje es similar a la caída promedio en la producción que enfrentó el sector en ese año (-36 %).
De esta manera, si bien la industria nacional de confecciones muestra un bajo desempeño hacia el primer semestre del 2021, se explicaría principalmente por la caída en la demanda a causa de la pandemia. Las importaciones no podrían explicar dicha situación porque también se vieron afectadas por la crisis sanitaria.
Además, a la fecha, el sector nacional ya habría recuperado el dinamismo que tenía en el 2019. Así, resulta acertada la decisión de no aplicar salvaguardias a la importación de prendas.
En su lugar, el Gobierno se debe enfocar en trabajar políticas públicas que estén orientadas a mejorar la competitividad de la industria nacional, sin afectar el libre comercio internacional.