En Perú, la trata de personas y el tráfico de migrantes se origina por la inadecuada distribución económica y el centralismo de Lima.
El falso crecimiento generó una baja demanda laboral, y esto se evidencia por la pobreza, según el INEI, informa que disminuyó el 1.2%.
Sin embargo, la crisis es persistente, porque las familias desean mejores ingresos, una adecuada condición y mas que todo, calidad de vida.
Igualmente, la población es vulnerable, especialmente los menores de edad, son el centro de atención para ser captados, transportados, receptados, entre otros.
A través de promesas a ser explotados y convertirse en un número más de la trata de personas.
En tanto, las comisiones conformadas por las carteras del interior, de la mujer, salud, justicia, educación, trabajo, relaciones exteriores, comercio, transportes y estadística, a nivel del órgano nacional, sean parte de la sensibilización, prevención y socialización.
Generar advertencias sobre los sujetos que se dedican a la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes pero, esto exige un arduo trabajo y un uso eficiente de la tesorería pública.
Todos estos actos ilícitos son parte de la ilegalidad que invade a una región vulnerable, porque son llevadas a las fronteras.
Logrando evadir la seguridad interna, llevados mayormente a la Rinconada y a demás regiones vecinas.
Muestra de ello, es la explotación sexual infantil, que tiene como fin, la prostitución. Abusando de los derechos primordiales de la persona, más que todo de la libertad, identidad y la dignidad.