La misofonía o sensibilidad al ruido es el intenso malestar que sienten algunas personas al escuchar determinados sonidos cotidianos de baja intensidad.
Según la Consultora de Advance Medical y especialista en Psicología clínica Elena Mató, la misofonía es una hipersensibilidad auditiva o una baja tolerancia ante un cierto tipo de estímulos auditivos, pero sin unas características concretas.
Asimismo, el término misofonía es relativamente reciente y fue acuñado por los científicos estadounidenses Pawel y Margaret Jastreboff. Se trata, de una afección sobre la que todavía no existen muchos estudios ni un tratamiento estandarizado.
La causa de este problema no está clara aún, hay hipótesis que defienden que se trata de una condición neurológica, otras, mencionan que este problema se asocia al trastorno obsesivo compulsivo. De todas formas, al día de hoy, esta dolencia no está contemplada en el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales.
“La misofonía o sensibilidad al ruido se manifiesta cuando sonidos a los que la mayoría de personas se han habituado y a los que no prestan demasiada atención porque no son significativos desencadenan una intensa reacción en las personas que padecen misofonía, como si se tratase realmente de algo amenazante o peligroso”, menciona Mató.
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En la mayoría de los casos estos individuos manifiestan incomodidad ante sonidos emitidos por otras personas como, por ejemplo, al masticar, sorber, carraspear, besar, silbar o bostezar, entre otros.
También, sucede ante estímulos repetitivos y sonidos ambientales como relojes, alarmas, aires acondicionados o, por ejemplo, el sonido que se produce al pasar páginas en un periódico o al presionar las teclas de un ordenador.
De esta manera, estos estímulos producen en las personas misofónicas un estado de irritabilidad y agitación, desencadenando, en muchas ocasiones, reacciones de ira o mal humor.
“El bienestar y la calidad de vida de las personas se pueden ver alteradas significativamente y suelen llevarlas a evitar determinadas situaciones y a desarrollar problemas en las relaciones sociales”, puntualizó la especialista.
Es por esto, que la elevada incomodidad para la persona con esta afectación puede desencadenar discusiones y agresividad hacia los demás e inducirlas, en el caso extremo, a un aislamiento social.